Según los últimos datos publicados por Eurostat en referencia al nivel de pobreza en Europa sitúan a España en el quito país con mayor índice de pobreza, tan sólo por detrás de Eslovaquia, Irlanda o Portugal, y a la misma altura que Grecia.
En concreto, y según la oficina estadística de la UE, la tasa de pobreza de España alcanza al 19,9% de la población, prácticamente el doble que la existente en los países de mayor cohesión social: Dinamarca, Luxemburgo, Finlandia, Suecia y Noruega, donde tan sólo el 11% de sus ciudadanos se encuentra por debajo del umbral de pobreza, que en el caso español se sitúa en términos absolutos en 6.278,7 euros por persona, entendida esta referencia como una unidad de consumo.
¿Y qué dicen esos datos? Pues que mientras en España el umbral de pobreza en términos de paridad de poder de compra (un método que permite hacer la comparación entre países) se sitúa en 7.254 euros por persona y año, en Luxemburgo (el país en el que se necesitan los ingresos más elevados para que un ciudadano no sea clasificado como pobre) se necesitan 15.552 euros.
En el polo opuesto se encuentra Bulgaria, donde para ser considerado pobre por las estadísticas oficiales hay que tener unos ingresos anuales inferiores a 2.033 euros en términos de poder de compra (eliminando el efecto de los precios). Quiere decir esto que un 'pobre' en España sería 'rico' en Bulgaria, pero se situaría entre los niveles más marginales si tuviera que vivir en Luxemburgo o Noruega, las dos naciones donde el umbral de pobreza es más elevado.
Hacer un análisis económico de Bulgaria es cuanto menos complicado para un profano en la materia, pero es muy evidente el paso en relativamente poco tiempo de una fuerte política comunista a un capitalismo recalcitrante, y el intento de coexistencia entre ambas costumbres. La diferencia es evidente entre ricos y pobres como si de un cuento feudal se tratara; coches y restaurantes de lujo acompañados de la sombra de la mafia que interviene cíclicamente en toda la pirámide social y política, haciendo que ni sea posible ni deseable sanear el país.
Hace pocos días mantenía una conversación con uno de mis tutores en la empresa en la que estoy realizando las prácticas (Multiplex) y me comentaba que su sueldo mensual como ingeniero en esta empresa de desarrollo electrónico, oscilaba aproximadamente en unos 400 euros. Un sueldo muy inferior a lo que reciben nuestros ingenieros en el territorio nacional. Hay que tener en cuenta que el nivel de vida medio también es inferior al nuestro, no existe la problemática del ladrillo español, con lo cual un trabajador de cualificación media o superior (ingeniero, profesor, técnico especializado…) puede afrontar las necesidades básicas para su supervivencia.
Por otro lado en Bulgaria la jornada laboral media es inferior a la española, situándose en unas 6 horas, pero hay que tener en cuenta que la jornada laboral en españa es una de las más elevadas de toda Europa, y es conocido que los españoles son de los trabajadores menos eficientes para las horas que realizan, lo que comúnmente se conoce como “presentismo laboral”.
Algo a remarcar de Bulgaria, es que a pesar de haber salido de un régimen comunista que es propenso a la desmotivación de los trabajadores, estos mantienen una alta preparación profesional, donde la mayoría de trabajaodores cualificados siguen preparándose académicamente para obtener mejores remuneraciones o condiciones y en muchos casos tener la oportunidad de salir a trabajar fuera de las fronteras de su país.
Una pena que España este llena de inconscientes sin cualificación profesional o con títulos colgados de las paredes a modo de adorno.
